Cuando
un organismo muere, sus restos se descomponen y disgregan rápidamente por la
acción de las bacterias, de otros animales, del viento, de la lluvia, o de las olas del
mar. Pero si ese cadáver es enterrado en poco tiempo por los sedimentos, y se
ve a salvo de la intervención de los agentes biológicos y mecánicos crecen
mucho las posibilidades de que fosilice. Obviamente es mucho más sencillo que
lo hagan las partes duras como conchas y huesos, que las partes blandas como
los músculos y vísceras que a pesar de su enterramiento siguen expuestos a la
acción de las bacterias. Todo depende de lo hermético que sea el envoltorio
protector que rodea al organismo. En casos excepcionales también se conservan
esas partes blandas, y se han encontrado insectos exquisitamente preservados en
ámbar, que es resina fósil de árboles, vertebrados en minas de asfalto, o
mamuts congelados en la turba de Siberia.
Hay muchos
tipos de fósiles que podemos englobar en cinco grupos:
- Huesos y dientes: son los más conocidos y los que con mayor frecuencia se exhiben en los museos. Son las partes más duras del organismo y las que mejor perduran en el tiempo.
- Gastrolitos: son piedras que los animales ingerían para que, moviéndose en dentro de su estómago ayudaran a la digestión del alimento. Es algo común en las aves actuales como las gallinas, y en el pasado numerosos dinosaurios herbívoros utilizaban tal técnica.
389 gastrolitos encontrados en un plesiosaurio |
- Coprolitos:
son los excrementos fosilizados. Proprcionana información muy valiosa sobre la
alimentación del animal, siempre que se pueda saber cual es el animal
responsable de ese excremento.
Coprolitos de tortuga del mioceno - Huevos y nidos: son realmente difíciles de encontrar, ya que por lo general es más frecuente hallar restos de cascaras y no el huevo entero o incluso la nidada.
- Icnofosiles: son restos de actividad orgánica
indirecta fosilizada en la roca y entre los cuales se pueden encontrar también coprolitos
y gastrolitos. Entre estos restos podemos encontrar: galerías excavadas, marcas
de paso (pistas) o desplazamientos en sedimentos blandos (icnitas). Estas
ultimas, las icnitas son huellas de
pisadas dejadas por organismos hace millones de años.
Huellas de dinosaurio en la costa asturiana
EL AMBAR: resina fósil de árboles que vivieron hace millones de años. Puede contener inclusiones de insectos y otros seres vivos.
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