Todos los cuerpos, vivos o inertes, desde los
microorganismos a las galaxias, están formados por átomos. Los átomos a su vez
están compuestos básicamente por tres partículas elementales: electrones,
protones y neutrones. Los protones y neutrones se encuentran en una región
central muy pequeña, denominada núcleo, mientras que los electrones se mueven
alrededor de él en una región con un diámetro 10.000 veces mayor. El núcleo
atómico constituye una mota en el centro del átomo en el que se concentra
prácticamente toda la masa del mismo, ya que los electrones tienen una masa unas
2.000 veces inferior a la de los protones y neutrones. Así que, si lo pensamos
bien, la materia es en su mayoría vacío.
Los
átomos con el mismo número de protones (lo que se conoce como número atómico)
constituyen el mismo elemento químico. Es el diferente número de neutrones lo
que determina que haya distintas variedades de un mismo elemento químico,
llamados isótopos.
Ciertos isótopos, llamados radioisótopos o isótopos
radiactivos, se caracterizan por experimentar cambios en su núcleo ; cuando
experimentan estos cambios emiten energía en forma de radiación. Este fenómeno es lo que
se conoce como radiactividad. Cuando
el núcleo cambia su estructura se dice que experimenta una desintegración
nuclear.
Desintegrarse no significa volatilizarse y
desaparecer. Los radioisótopos no son estables y por ello van a tender a
cambiar la composición de su núcleo. Esta
variación en la configuración nuclear es lo que se llama desintegración. Cuando
el átomo se desintegra se transforma en un elemento químico diferente y emite
radiación alfa, beta o gamma.
La radiactividad fue
descubierta por Becquerel en 1896, pero su estudio y desarrollo se debe
fundamentalmente a Marie y Pierre Curie que trabajaron con el Radio, el Torio y
el Polonio, tres isótopos naturales. Años más tarde su hija Irene y su marido
Jean Fredéric Joliot observaron que bombardeando núcleos estables con
partículas alfa, se volvían radiactivos. Madre e hija recibieron sendos premios
Nobel por sus avances en el estudio de la radiactividad, natural y artificial
respectivamente.
Actualmente existen 275 isótopos estables.
Hoy en día somos
capaces de producir isótopos radiactivos artificialmente.
Lo podemos conseguir
bombardeando núcleos estables o mediante el proceso de fisión, que consiste en
dividir un átomo pesado en átomos más ligeros. En la actualidad se conocen más
de 3500 isótopos diferentes, de los que sólo el 7% son estables.